GASTÓN BACHELARD
Filósofo y ensayista francés.
Bachelard nació en Bar-sur-Aube en el seno de una modesta familia de vendedores
de periódicos y tabaco.
Al acabar los estudios secundarios
trabajó en la oficina de correos de Remiremont hasta 1906 y más tarde en París
entre 1907 y 1913. Gastón Bachelard se doctoró en ciencias exactas en 1912 y,
después de haber sido empleado de correos y telégrafos durante varios años su
deseo de ser ingeniero se vio truncado por el estallido de la I Guerra Mundial
y su alistamiento en el ejército.
Después de la desmovilización, fue
nombrado profesor de física y química en Bar-sur-Aube. La teoría de la
relatividad echó por tierra sus ideas sobre la física, por lo que regresó al
estudio de la filosofía occidental, obteniendo una segunda licenciatura en
letras en 1920.
Después consiguió una cátedra tras aprobar una
oposición (agrégation en Francia), y obtuvo su doctorado en 1927 (su tesis
recibió un premio).
En 1930 inició una típica carrera profesoral,
dando clases primero en Dijon y luego en La Sorbone de historia y filosofía de
las ciencias, donde permaneció hasta 1954. Recibió la Legión de Honor en 1951 y
el Gran Premio Nacional de las Letras.
Una mente tan versátil no podía contentarse
con un enfoque filosófico sencillo. A la vez que filósofo, crítico y
epistemólogo, era también un científico, un pensador profundo y un poeta. Sus
trabajos reflejan tanto su precisión científica como su sensibilidad poética.
En sus libros estos dos aspectos no están entremezclados sino que, más bien, se
alternan. En 1934, publicó El nuevo espíritu científico y en
1938 La formación del espíritu científico. La importancia epistemológica
de ambos libros es todavía evidente y sigue siendo relevante para discernir los
problemas científicos contemporáneos. Su idea principal es que en el futuro el
conocimiento se basará en la negación del conocimiento actual. La ciencia y los escritos sobre la
imaginación tienen una raíz común para él, en cuanto que constituyen dos
respuestas a la situación del hombre. La respuesta de la ciencia se basa sobre
una nueva relación entre pensamiento científico y filosofía, gracias a la cual
el pensamiento científico se libera de los falsos conceptos (o
naturalizaciones) que la filosofía produce espontáneamente, pues la ciencia
debe construir sus propios conceptos con plena autonomía teórica.
Según Gastón Bachelard, esta labor
se ve favorecida por el gran salto que ha realizado la física, especialmente
con las aportaciones de la teoría de la relatividad y de la mecánica cuántica.
Pero el hombre se ve arrastrado instintivamente a la naturalización no
científica, que se refleja en la actividad de la imaginación, la fantasía y el
sueño, o en la actividad poética. Ciencia e imaginación son caminos igualmente
válidos, e incluso complementarios, y representan dos modos para elevarse por
encima de la confusa cotidianeidad de lo concreto. Gran parte de las
contribuciones epistemológicas de Bachelard han sido asumidas por Louis Althusser y
su escuela.
Su obra más importante sobre
epistemología es El materialismo racional (1953). Sus análisis sobre
lo imaginario están recogidos en libros que tienen que ver con su psicoanálisis
de los elementos: Psicoanálisis del fuego (1938), El agua y los
sueños (1942), El aire y los sueños (1943) La tierra y la
ensoñación de la voluntad (1948). Estas obras muestran una gran influencia
de Carl Gustav Jung, sobre todo de sus ideas sobre la energía espiritual y la
oposición ánima/persona. Bachelard dedicó los últimos años de su vida a una
búsqueda más poética: La poética del espacio (1957) y La poética
de la ensoñación 1960). Murió el 16 de octubre de 1962 en París.
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